¿Te has preguntado qué puedes hacer mejor para que no se interrumpa el sueño de tu bebé y qué buenos hábitos seguir para que se conviertan en tus aliados y consigas dormir tu también sin interrupciones durante toda la noche?

Hasta los cuatro meses los lactantes se despiertan varias veces durante la noche. Es frecuente que suceda desde el nacimiento. Posteriormente, entre los 4 y 24 meses despiertan y lloran una o varias veces por la noche. En estos momentos les solemos dar comida, atención o entretenimiento. Esto se suele repetir cada noche. Y nosotros como padres y madres deseamos ayudar al niñ@ para que duerma durante la noche.

Sin embargo, aunque todos los niños (en especial durante el primer año de vida) despiertan varias veces por la noche, la mayor parte de ellos vuelven a dormirse por sí mismos. Por ello, los que no han aprendido a hacer esto, lloran para que acudan los padres.

Son varias las causas de resistencia al sueño en los bebés o del despertarse durante la noche debido a alguno de estos hábitos:


Tomas frecuentes durante el día. Muchas madres malinterpretan la alimentación a demanda, como «alimentar al bebé cada vez que llora». El organismo se acostumbra a recibir pequeñas cantidades frecuentes. Muchos de estos niños piden, durante la noche comer y ser cogidos en brazos, interrumpiendo su sueño.

Amamantar al niño para dormir. Si el último recuerdo que tiene el niño antes de ir a dormir es comer; mamar o tomar el biberón puede convertirse en un objeto de transición. Cuando se despierta, puede pensar que no puede volver a dormir sin ponerse al pecho.

Acunar al niño para dormir. Acunarle como parte de la rutina para dormir está muy bien. Sin embargo, algunas madres continúan acunándole hasta que se quedan dormidos, incluso cuando no están llorando. En lugar de dormirse por sí mismos, lloran. Como, por costumbre, se quedan dormidos fuera de su cuna, no asocian la cuna con el sueño.

Entretenerle durante la noche. El comportamiento de despertar y llorar se hace cada vez más frecuente si trae consigo alguna ventaja, como pasearle, acunarle, jugar con él o disfrutar de uno de los padres. El bebé se hace dependiente de esta ayuda para volver a dormirse y conciliar el sueño del bebé será una dependencia del peque havia vosotros.

Durante una enfermedad aguda. (Por ej. nariz obstruida) o algún cambio en el ambiente de sueño del bebé (p.ej un viaje) durante el cual los padres incrementan la atención nocturna y velan su sueño más atentamente, a veces hasta ansiosamente.

El miedo de separación. Aparece entre los seis meses y los dos años. Se comprueba durante el día siempre que el niño pierde de vista a su madre o se queda con otra persona. Estos miedos se acentúan con frecuencia a la hora de ir a la cama y en la noche.

Excesivas siestas diurnas. Un bebé sólo puede dormir un cierto número de horas al día.

Dormir en la misma habitación. Algunos bebés hacen ruido al dormir y si los padres tienen el sueño ligero responden a estos ruidos normales del bebé. Además, si puede verles tiene un incentivo para continuar intentando despertarles. Dormir en la cama de los padres empeora el problema.

Por suerte, la evolución de los patrones de sueño cambiarán con la edad del peque. Los menores de dos meses pueden despertar dos veces por la noche para mamar. A los tres meses la mayoría todavía necesita una toma en medio de la noche. A los cuatro meses el 90 % puede dormir durante 8 horas seguidas sin alimentación por ello el sueño del bebé ya puede ser ininterrumpido.

Si eres de los que su bebé tiene más de cuatro meses y todavía tanto tu sueño como el sueño del bebé no dura toda la noche te animamos a analizar cuál es la causa que lo está impidiendo y tomar acción. En unos quince días y siguiendo unas instrucciones al pie de la letra podréis dormir a lo largo de toda la noche.

Ten en cuenta que, cuanto mayor es el niño más difícil es cambiar el hábito del sueño. Los mayores de un año se resisten con fuerza a cualquier cambio y pueden llorar durante horas. De modo que, sin normas los bebés no comenzaran a dormir durante toda la noche hasta los tres o cuatro años, cuando su jornada diaria es más intensa y finalmente les cansa.